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Los peligros de la autohipnosis: proyección astral, posesiones y seres sobrenaturales


La autohipnosis es la práctica de la hipnosis por cuenta propia. La hipnosis en sí misma es un estado mental en el que la mente subconsciente de un sujeto se disocia de la mente consciente en un esfuerzo por reprogramar o curar una determinada condición mental. Durante este estado de ánimo, el paciente o sujeto está bajo el control de una persona que induce la hipnosis.

Al hipnotizar tu mente, abres las puertas a tus pensamientos más profundos en tu cerebro, y esto puede ser potencialmente peligroso, es por este motivo que se deben tomar las medidas necesarias de seguridad. Sin embargo, en la autohipnosis lo que hacemos es desbloquear tu mente, pero cuando recuperamos la conciencia, no cerramos las puertas. Esto puede ser un error simple pero terrible. Es como si dejásemos un valioso objeto disponible para que cualquiera pueda acceder. Y con cualquiera nos referimos a entidades de otas dimensiones esperando acceder a nuestra realidad.

Alterando el estado de conciencia

En nuestro artículo dedicado a la hipnosis, el “padre de la hipnosis” fue el médico alemán Franz Anton Mesmer, un conocido practicante de ocultismo que conocía todas las técnicas para inducir a las personas al trance. Es más, la hipnosis se basa en un sistema muy similar a la utilizada por los médiums en las sesiones de espiritismo.

Es por este motivo que cuando un individuo es hipnotizado accede sin quererlo a llamada zona de peligro, en el cual el cuerpo se separa del alma, únicamente unido por una especie de cordón invisible. Lo que mucha gente desconoce es que en este estado cualquier persona es propensa a las posesiones demoníacas. Al alterar el estado de conciencia se abre una puerta hacia dimensiones completamente desconocidas. Y una vez abrimos la puerta, nos volvemos vulnerables ante espíritus o entidades demoníacas. Y todo esto ocurre incluso con la supervisión de un profesional, pues con la autohipnosis es mucho peor ya que perdemos control sobre nuestro ser.

El verdadero riesgo para la autohipnosis es que, durante el estado hipnótico, de alguna manera cedes el control de tu mente y, por lo tanto, de todo tu ser. Cualquier cosa que ocurra a tu alrededor queda fuera de tu alcance mientras estás hipnotizado. Si hay algún tipo de peligro a tu alrededor, entonces no tendrás la oportunidad de evitar que ocurra o de reaccionar ante el peligro que se está desarrollando en el mundo físico.

Otro riesgo de la autohipnosis es la falta de experiencia. Es posible que una persona haya aprendido la técnica de autohipnosis a través de un libro o en un video YouTube, pero eso no le convierte en un profesional en la práctica de la hipnosis. Para que alguien sea un experto, debería haber estudiado el arte y la ciencia de la hipnosis en reconocidas instituciones. Hay tantas cosas que pueden salir mal bajo la autohipnosis que es posible que no tengan solución.

La autohipnosis y la proyección astral

Otras de las consecuencias de la autohipnosis es la proyección astral. La proyección astral es sin duda una de las formas más desconcertantes de las experiencias fuera del cuerpo, durante la cual el alma se separa del cuerpo físico y atraviesa el plano astral. Al dejar el cuerpo físico, el cuerpo astral puede flotar y observar todo su entorno. Aquellos que practican la proyección astral son extremadamente conscientes de la extracción de su conciencia de su forma física, así como del proceso de devolver el alma a su cuerpo.

Para la autohipnosis, es algo similar, necesitas entrar en un trance profundo. Lo que se necesita es un efecto de caída mental dentro de tu mente. Esto cambia el nivel de actividad de la onda cerebral. El trance profundo se logra dependiendo en gran medida de la relajación, habilidades de concentración y fuerza de voluntad. Para entrar en un trance más profundo tiene que haber una alta concentración y durante mucho más tiempo. Una vez accedido a la proyección astral a través de la autohipnosis, el cuerpo de energía se expande y se abre para acumular y almacenar energía. Durante esto, el cuerpo astral se desplaza libremente, ligeramente fuera del cuerpo físico.

Y es en este punto donde comienza el verdadero peligro. Al habernos inducido nosotros mismo la hipnosis, puedes llamar la atención de espíritus o entidades que residen en el reino astral. Algunos expertos en la materia nos dicen que estos demonios son muy grotescos en apariencia. Desafortunadamente, estas entidades demoníacas pueden aparecer ante la persona en una forma conocida, como un miembro de su familia. También pueden cambiar de forma para parecerse a otros seres del reino astral, como su guía espiritual.

Pero lo peor de todo es que estas entidades desean poseer el cuerpo o robar la energía de la persona autohipnotizada. Por lo tanto, si has decidido practicar la autohipnosis recomendamos estar atentos en todo momento y ser firmes con cualquier entidad que esté tratando de persuadirte para que le dejes entrar. Solo debes recordar: tienes el control total.

Al encontrarse con una entidad demoníaca, las personas se pueden sentir aterrorizadas y se olvidan de que son ellas las que tienen el control. Otras veces, las personas no están debidamente capacitadas para la autohipnosis y terminan haciéndolo a una frecuencia peligrosamente baja, donde corren el riesgo de separarse de su cuerpo. Si el demonio es capaz de dominarte, o hacerte pensar que no tienes el control, puedes sentir que te están reteniendo contra tu voluntad.

A tener en cuenta

Si bien la autohipnosis no es necesaria, para algunos puede ser una práctica para la meditación o simplemente diversión. Solo recuerda que hay peligros en la el autohipnosis si no estás debidamente preparado, o si no te mantienes firme contra las otras entidades que existen en el plano astral.

 

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