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Las misteriosas momias europeas de China


La imagen que muchas personas les viene a la mente cuando piensan en momias es la de Egipto, con sus arenas doradas, pirámides y Esfinge. Sin embargo, la práctica de la momificación en humanos e incluso en animales es también una característica de las culturas de otros lugares del mundo, y data de incluso antes de que los antiguos egipcios comenzaran a practicarla. Las antiguas culturas de Asia, Europa y Sudamérica también realizaron momificaciones en cadáveres, y de hecho la momia más antigua que se conoce se encontró en el Valle de Camarones en Chile, y data del año 5050 a. C., bastante antes de que aparecieran las primeras momias egipcias conocidas.

Además de las momias creadas por el hombre, también hay aquellas que se hicieron de forma natural, generalmente debido a condiciones extremadamente secas combinadas con gran calor o frío, o condiciones anaeróbicas, lo que significa que un nivel bajo de oxígeno evitó la descomposición de los cadáveres. Tales momias creadas naturalmente se llaman momias espontáneas, y se pueden encontrar en todo el mundo, en todos los continentes.

En Asia, muchas de esas momias naturales se han hallado en China, con cadáveres muy bien conservados que se descubrieron en las dinastías de toda la historia de China. Si bien parece que no es raro encontrar cadáveres momificados en China, lo que sí es realmente extraño es que algunas de las momias desenterradas no sean de origen chino, y de hecho estén a miles de kilómetros de su lugar de origen. Este es el caso de los cientos de misteriosas momias de ascendencia europea que de alguna manera encontraron su lugar de descanso final en el sol abrasador del remoto desierto de Taklamakán, en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, al oeste de China. En la cuenca del río Tarim se han encontrado los restos perfectamente conservados de personas que se ha determinado que son de origen europeo.

El Hombre de Cherchen

Una de las momias más conocidas que se encuentran en el desierto de Taklamakán es la de un individuo conocido como el Hombre de Cherchen. Está sorprendentemente bien conservado para tener unos 3.000 años de edad, con rasgos nórdicos como pómulos altos y nariz larga, así como pelo y barba rojizos. Se estima que medía alrededor de 1,80 metros de altura, y cuando fue descubierto vestía una túnica de sarga roja y unos calzones de tartán con un tejido determinado característico de los celtas de la Edad del Bronce. La momia fue encontrada junto con las de tres mujeres y un bebé, todas las cuales se encontraban en un estado extremadamente prístino de momificación, mucho más allá de lo que típicamente se ve en las momias egipcias más conocidas.

Una de las mujeres encontradas con el Hombre de Cherchen tenía un precioso cabello de color castaño claro inmaculadamente peinado y trenzado. De hecho, todos los cuerpos habían sido cuidadosamente arreglados y vestidos. El bebé estaba envuelto en una tela marrón de alta calidad atada con una cuerda roja y azul. En cada uno de los ojos de los bebés, alguien había colocado piedras azules, y una botella de leche de bebé hecha con ubres de oveja cuidadosamente colocada al costado, lo que sugiere que se trató de algún tipo de ritual antes de la muerte.

Además de la vestimenta y las características físicas, el sitio de enterramiento del Hombre Cherchen, junto con los sitios de entierro de otros 200 individuos aparentemente de la misma tribu, también eran de estilo europeo, con estructuras de piedra celtas rodeadas por figuras de piedra en pie. No es necesario decir que se trató de un descubrimiento único y significativo, momias celtas de la Edad de Bronce en el desierto chino. Los celtas en la cima de su civilización, alrededor del 300 a.C., tenían sus principales asentamientos en Francia y en las Islas Británicas, con una influencia que se extendía quizás tan al este como Turquía, pero no más allá, y ciertamente no tan lejos como China.

La “Belleza de Loulan”

Sin embargo, el Hombre de Cherchen no ha sido la única momia europea hallada en China. Hay otras momias similares en la cuenca de Tarim. Se descubrió una momia de 4.000 años de edad, una mujer cerca de lo que se conoce como el reino perdido de Taklamakán, por lo que fue llamada la “Belleza de Loulan”. Al parecer la mujer tenía 45 años cuando murió, y mostraba rasgos europeos, así como cabello largo y ondulado que parecía como si hubiera sido peinada ayer. La mujer había sido sepultada con comida para su viaje a la próxima vida, junto con varios panales y una pluma. La ciudad de Loulan tiene varias momias similares, como un niño nórdico que se cree que tenía alrededor de 8 años en el momento de la muerte y que había sido cuidadosamente envuelto en un paño de lana bellamente estampado.

El hombre Yingpan

Otra momia caucásica de China que se considera una de las más bien conservadas de todas ellas es lo que se llama el hombre Yingpan. Esta momia es de unos 2.000 años de edad y tiene cabello rubio y rostro barbudo. Sobre su rostro hay una máscara mortuoria hecha de cáñamo cubierto con papel de oro, con una sonrisa y un bigote pintado sobre ella. Tales máscaras de muerte son una tradición de la antigua Grecia, y otras pistas encontradas en la momia apuntan a la ascendencia griega, como las imágenes de griegos luchadores bordados en oro en sus prendas de lana roja y marrón. El hombre era muy grande para su tiempo, de más de 1,80 de altura. Es un misterio cómo un hombre griego logró llegar a China, y se desconoce qué lo trajo a este desierto chino.

Sin explicación

La cuenca de Tarim es ideal para la momificación de cadáveres debido a las condiciones extremadamente secas y al suelo alcalino. En total, se han hallado en los últimos 25 años alrededor de 400 momias de ascendencia europea, todas en varios estados de conservación y de diferentes marcos de tiempo. Rigurosas pruebas de ADN en las momias han demostrado sin lugar a dudas que son de ascendencia europea. Sigue siendo un misterio cómo estas personas llegaron a este remoto desierto, cuánto tiempo vivieron en la región o por qué. Todo lo que se sabe con certeza es que el descubrimiento de estas momias europeas en China ha desafiado nuestro conocimiento previo de la historia de la humanidad, y ha sido considerado como uno de los hallazgos arqueológicos más importantes.

Ya se han aprendido muchas cosas sobre estas personas de la Edad del Bronce al estudiar sus restos bien conservados, como las herramientas que usaron, la ropa que usaban, sus costumbres funerarias e incluso sus características físicas. Su presencia en China también ha ayudado sobre cómo los primeros europeos se extendieron a través de diferentes tierras, lo que ha provocado todo tipo de debate y teorías.

Victor H. Mair, profesor de la Universidad de Pensilvania y una de las personas que ha estudiado extensamente las momias caucásicas de China, cree que los primeros europeos se dispersaron en diferentes direcciones. El profesor Mair ha sugerido que algunos de estos pueblos viajaron al oeste para convertirse en celtas en Gran Bretaña e Irlanda, otros se fueron al norte para convertirse en tribus germánicas, y otros viajaron al este para llegar a Sinkiang. Se cree que estos antiguos colonos europeos representan a algunos de los primeros habitantes humanos de la cuenca de Tarim.

La polémica del descubrimiento

El descubrimiento de estas momias ha causado no solo un debate sobre sus orígenes, sino también una polémica política en China. La existencia de personas de origen europeo que habitaron la región hace tanto tiempo ha llevado a movimientos separatistas étnicos a reivindicarse. Algunos de estos grupos incluso afirman ser los descendientes de estos primeros colonos europeos.

Otros se muestran escépticos con que el descubrimiento de estas momias sugiera que los europeos estaban en la región de Sinkiang mucho antes de que llegaran los asiáticos orientales y miles de años antes de que se creyera que los chinos habían tenido históricamente un primer contacto con Occidente. Incluso la controversia generada por los descubrimientos ha obligado al gobierno a mantener la investigación sobre las momias bajo un estricto control.

Momias OOPArt

OOPArt (artefacto fuera de lugar) es un término que se aplica a los objetos encontrados en varios lugares del mundo que parecen mostrar un nivel de avance tecnológico incongruente con los tiempos en los que fueron realizados. Muchos científicos intentan explicarlos usando fenómenos naturales. Otros dicen que tales explicaciones ignoran la creciente evidencia de que ciertas civilizaciones poseían un conocimiento tecnológico avanzado que se perdió con el tiempo.

Sin embargo, hay quienes utilizan este termino para aplicarlo a momias que están fuera de lugar. A falta de una explicación lógica y racional, algunos expertos en la materia ofrecen sus propias teorías, como que las momias halladas en China correspondían a individuos que perfectamente sabían donde iban. Entonces la pregunta es: ¿Y de donde recibieron tal conocimiento? Es en este punto donde entran todo tipo de explicaciones que van mas allá de lo que podemos imaginar, como que fue otorgado por una antigua civilización extraterrestre, viajeros del tiempo, o incluso por una energía cósmica que hizo evolucionar sus capacidades psíquicas.

¿Quiénes fueron estos antiguos europeos de China? ¿Por qué vinieron al desierto de Taklamakán? Por ahora, nadie lo sabe con certeza. Sin embargo, una cosa parece ser cierta y es que, en el idioma local de los uigures de Sinkiang, la palabra “Taklamakán” significa “entras y nunca sales”. Y esto resultó ser siniestramente cierto para las momias europeas de China.

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